domingo, 30 de mayo de 2010

La Crisálida

Tengo la sensación de haber estado hibernando como los osos todo este tiempo.


O también puede ser que haya estado haciendo un proceso que tarde o temprano tenía que llegar y que es como cuando el gusanito se encapsula en la crisálida y al cabo de un tiempo amanece mariposa.

Me voy desperezando despacio como volviendo de un largo sueño, y alguna pesadilla, tomando contacto lentamente con el mundo exterior. Por que el mundo allí fuera ha seguido andando sin mi. Ahora soy yo quien como en un baile tengo que encontrar el pulso de la música para entrar en la danza. Voy despacio, contando los pasos, tanteando a mis compañeros de viaje, o de baile. Voy aprendiendo de mi misma, veo como he cambiado, no si soy la hermosa mariposa de colores pero definitivamente no soy la misma soy mejor eso también es seguro. Y soy mejor por que me conozco más, he descubierto que mis límites está bastante más lejos de lo que yo creía. Y que otros están más cerca. Que la paciencia se ha vuelto selectiva, con quien se lo merece si, con lo que vale la pena también, con lo demás ni un minuto perdido, ni una lagrimita desperdiciada.

Se avecinan nuevos tiempos, de mayor observación o quizás de mejor calidad, como si me hubiera cambiado las gafas y ahora viese bien, viese lo que hay y no lo que me gustaría. Y aunque lo que haya no sea lo mejor , siempre es mejor verlo sin engaños. Si delante tengo al enemigo quiero conocerlo y si es amigo también y mejor.

Como cuando se vuelve de un coma profundo, hay que volver a empezar, arrancar despacio pero la marcha es más segura, ya sabes lo que estar a punto de perderlo todo, ya no hay prisa, tampoco pausa.