Y funcionó.
Cuando la profe dijo:-cierren los ojos
y piensen qué desearían aprender o mejorar hoy.
Yo cerré mis ojos y me invadió un
deseo inmenso de disfrutar de mis propias capacidades. De soltarme.
De perder la vergüenza ante la mirada ajena -tontería más absoluta
preocuparse por lo que ven o piensan los demás de uno!! - por allí
iban mis deseos del día , que vienen siendo los del año y por que
no los del milenio.
Y cuando menos me lo esperaba se
cumplieron. Al menos ese día.
Alguien me dijo que una vez puedes
hacer algo, puedes repetirlo siempre que quieras.
Espero que así sea. Me lo pasé genial
y me encantaría repetir la experiencia. Me encantaría repetirla
cada día!
Y sospecho que gran parte del éxito de
la misión depende de mi y de mis construcciones mentales.
Lo bueno es que depende de mi. Puedo
elegir el color del cristal con el que miro
Lo malo es que depende de mi. Puedo
elegir un cristal muy oscuro...
Lo que no puedo hacer es decir que la
responsabilidad es de otro.
Es hora de aprender a gestionar el
poder. El poder de decidir pasarlo bien. Disfrutar el momento. El de
elegir no comerse el coco pensando en lo que los demás estarán
pensando. Y sobre todo por que muchas veces todas estas
construcciones sobre las que se asientan los miedos y los malos ratos
son monstruos con pies de barro
El verdadero poder es el de elegir como
queremos ver lo que sucede.
Y el gran logro es aprender a ver lo
bueno por encima de todo.
Será tan difícil?
Será posible?
Y si la respuesta es si?