He estado en Plaza Catalunya y realmente me sorprendió lo bien organizados que están. El orden general. La paz que se respira en la plaza.
A mi no me gustan mucho las multitudes por que suelen ser descontroladas y por que ocultos entre la muchedumbre hay muchos que tratan de “sacar ventaja” y por que el fenómeno de masas hace que la gente pierda su personalidad y aparados en el anonimato y la irresponsabilidad compartida hagan cosas reprochables que no harían si tuvieran que firman con su nombre.
Pero en este caso me fui metiendo dentro de la plaza casi sin darme cuenta y sin miedo. Me quedé dos horas escuchando a los oradores. Los que a turnos iban tomando el micrófono hablaron con una calma que no tienen los políticos en sus discursos. Fueron explicando el por que de sus razones, motivos y objetivos. La gente a mi alrededor, escuchaba tranquila. Una mujer a mi lado leía un fotocopia de un artículo de periódico. Cuando acabó se giró hacia mi y me dijo “ quieres leerlo? - gracias si. Cuando acabé, tomándome de su ejemplo, me giré hacia la jovencita a mi lado y le ofrecí- quieres leerlo ? – oh gracias, quiere que se lo devuelva cuando lo termine? - No, pásalo. La mujer a su lado asintió con agrado.
Esta suerte de organización espontánea, de compartir sin necesidad de que la ley obligue ni nadie diga lo que hay que hacer me sorprendió gratamente.
Salvaje, indignante e inexplicable la violencia sin sentido de la policía que con la excusa de limpiar la plaza la emprendió a golpes de palo contra unos manifestantes pacíficos, desarmados y que ni siquiera se defendían. Increíble que pasen estas cosas y como dijo uno de los representantes al micrófono “nos echaron para limpiar la plaza y se olvidaron de limpiarla”
Se puede estar o no de acuerdo con lo que proponen o con el motivo de la protesta, pero la violencia no tiene explicación y mucho menos viniendo de la policía. Excusas y malas.
Y otra vez me sorprendió la forma pacífica de reaccionar que tuvieron los manifestantes. Otra vez me invadió una sensación agradable, pensé que este es un buen ejemplo de que hay
gente con ideales y que tiene la convicción de defenderlos de la mejor manera pacíficamente y explicando lo que quieren. Sin gritos, sin insultos al que opina diferente, sin falsas promesas, con propuestas. Aún queda un largo camino por recorrer, pero como dice el proverbio chino, “un camino de mil millas comienza con un sólo paso” Adelante.