Otra sensación rara era no saber ni dónde había una panadería, es decir donde comprar lo más básico. Cuando llega la hora de comer y no tenés ni idea de donde comprar algo te aseguro que te da una angustia ! Todo esto se resuelve en poco tiempo, uno empieza a caminar por el barrio y va descubriendo todo aquello que busca, que necesita y que finalmente encuentra. La gente se va abriendo, te vas haciendo primero conocidos, luego amigos. El terreno empieza a volverse más amable, menos árido, en lugar de cactus ahora empezás a ver árboles y flores a los lados del camino. El sol vuelve a salir cada mañana, y aquel mundo en el que irrumpiste sin invitación y donde nadie te estaba esperando comienza a tener algo de vos . Ahora hay caras amigas que te saludan por el barrio, gente que tiene tu teléfono y llama!! y no sólo tu familia de Argentina!
Se tejen historias de amor y desamor pero ahora tienen el código postal de Barcelona. Ahora las cosas que pasan tienen denominación de origen: Aquí, Barcelona, mi otra casa.
Ahora ya sos parte del paisaje, influis en él lo cambias dejas tu sello.
Mi amiga por sus propias razones ha elegido volverse. Ella también ha tenido que pasar por un montón de situaciones tragicómicas como todos los que una vez aquí solitos y con las ilusiones y la esperanza de que todo iría bien como toda riqueza, empezamos un camino largo y sinuoso esperando al recorrerlo encontrar el propio. A ella su camino de curvas la ha llevado hasta el aeropuerto del Prat, donde comenzará a recorrer otro camino, el de regreso. En este también puede haber cactus, aunque sepas que luego llegarán las flores. Pero volver tampoco es fácil.
Le deseo lo mejor, un aterrizaje suave, un período de adaptación ( como en las guarderías) sin mucho llanto, y que esta vez las curvas sean el camino.
Aquí siempre tendrá una amiga que sigue recorriendo las curvas de su camino, GPS en mano para llegar a destino. Si es posible con el mismo código postal o al menos que empiece con 080 (Barcelona).