martes, 16 de julio de 2013

Viaje de placer


Lo esperó sentada en la semi oscuridad del salón, dejó solo una luz muy tenue y un par de velas encendidas.
El llegó un poco más tarde de lo habitual, dejó como siempre las llaves y el portátil en la mesita de la entrada.
Le pareció raro que no hubiera mucha luz ni ruido , la llamó desde allí – Ana, estás en casa?
- Aquí , respondió ella, con voz tenue como la luz del salón

Mientras se acercaba al sofá con la mano extendida le miró curioso y preguntó, - estás bien? Y le acarició la mejilla
- Perfectamente. Mientras, extendió  su mano y la pasó por su pelo. Le encantaba hacer esto, el tenía un pelo suave y a ella le gustaba esa sensación entre sus dedos.  Luego dejó su mano en la nuca de el y lo atrajo hacia si para besarlo suave al comienzo y más apasionadamente luego.

El no tardó en reaccionar. Se quitó los zapatos con los pies, no quería dejar de besarla ni de tenerla entre sus brazos.
Luego dejó caer la americana al suelo.

Se fueron desvistiendo despacio el uno al otro. Disfrutando de cada botón que se abría, y cada trozo de tela del que se desprendían.
Se rozaron piel con piel, ella le acarició muy suave con la punta de sus dedos. El le respondió  con sus labios y sus manos

El contacto de la piel en pleno apogeo.
Se disfrutaron despacio, se tomaron su tiempo se dieron todo cuanto querían. Llegaron a destino y gozaron a pleno de cada detalle del paisaje. Un verdadero viaje de placer.

lunes, 8 de julio de 2013

El ser argentino


Se encuentran dos o más argentinos y ...

  • Hola, bona tarda, que calor! Parece que el finde tendremos mucha playa eh! Pronostican unos 30 grados, va a estar genial para estar en el agua.
  • Pues si, yo ya he decidido, voy a dejar al marido en casa que tiene que estudiar, y yo cogeré las niñas nos lo pasaremos entre la piscina y la playa.

Los clientes de la planta de arriba bajaban la escalera entre risas. - Que tenés de postre?

  • Pues hay de dulce de leche...
  • No , no me digas que eso es dulce de leche por que no se le parece en nada jaja, bueno tenés de frutilla?
  • De qué?
  • De frutilla!
  • De fresa, si pedís acá algo de frutilla no te va a entender ni Dios jaja, -quiere de fresa
  • Sos argentina?
  • Si
  • Y vivís acá?
  • Si
  • Nosotros estamos de paso, pero la ciudad nos gustó tanto que estamos pensando en quedarnos más tiempo, es precioso esto!
  • Si, la ciudad es bellísima
  • Y ya viste como está todo allá otra vez, un desastre!
  • Nosotros los dos tenemos todo en blanco, pagamos los impuestos y aún así no nos vendían los dólares para viajar!! de locos! Acá se ve todo muy lindo muy tranquilo.
  • Si, es muy lindo, se está muy bien acá. De donde son?
  • De Capital, Villa Urquiza
  • Ah lindo, más tranqui, dentro de lo que es la capital.
  • Si está bueno, y vos acá que hacés, hace mucho que estás? Te gusta? Tenés tu vida acá no?

La conversación siguió un poco más por el mismo rumbo mientras la chica de la tienda nos miraba con una sonrisa enorme y los ojos muy abiertos. Como si viera una peli de ficción pero en su tienda y en vivo y en directo. Giraba la cabeza como en un partido de tenis mirando a la parejita y a mi, alternativamente y asombrada del intercambio de información y sentimientos que se estaba dando en una charla circunstancial entre desconocidos

  • Che gracias, dame de “fresa el postre entonces” gracias suerte!
  • De nada, que les vaya muy bien el resto del viaje!

Me giré hacia la chica de la tienda que aún tenía su sonrisa gigante y sus ojazos muy abiertos.

  • Jajaj, acabas de ver una muestra de lo que significa “ser argentino” dos o tres que no se conocen y se ponen a charlas como si se conocieran de siempre jajaja.
  • Si es cierto, que bonito! Así debería ser siempre no? Por que es bonito esto!
  • Jajaja si es bonito, y bueno, somos así nos abrimos con facilidad, nos damos, nos comunicamos e intercambiamos sin tanto trámite! Jajaja
    Al final yo he decidido llevarme el salmón, quiero cenar ligero.
  • Nada más?
  • No con esto está bien. Y que disfrutes el finde de playa y pisc... pileta, allá piscina se dice pileta.
  • Pileta? Jaja que gracioso -pileta es piscina.
  • Que lo pases bien con tus hijas, hasta el lunes!
  • Gracias a ti, hasta el lunes!

Me fui para casa con la sensación de haber estado en Buenos Aires por un rato. Si, es lindo como somos, me gusta nuestra esencia, nuestra manera fácil, abierta y dispuesta para relacionarnos y me gusta mucho también cuando alguien que no es de allá lo ve y lo valora.

Embajadores de nuestra cultura allá donde vamos, de manera involuntaria, alegre, generosa inconsciente y feliz.


lunes, 10 de junio de 2013

En tu abrazo


Mi brazo en contacto con el tuyo, mi mano rozando tu espalda, mi mano derecha en tu mano. Mi pecho muy cerca del tuyo, puedo sentir tu respiración y el latido de tu corazón.

Tu respiración me dice si te detienes o si avanzas. Tu pecho marca la dirección y tu abrazo me guía. Tu mano en mi espalda me contiene.

Tu intención me lleva hacia un lado u otro, y fundida en tu abrazo y en la música, un tango de Pugliese se convierte en un paseo por las nubes.

Ese abrazo de tango que nos conecta, tu me dices donde vamos, yo escucho tu mensaje, voy donde me digas. Mis pies dibujan en el suelo un ocho adelante, un ocho atrás, un boleo, o una pausa, seguida de una nueva intención.

En ese abrazo tanguero nos fundimos, disfrutamos de la música y por tres minutos el mundo se para, nada más existe, solo esta comunión entre dos que se conocen o que no se conocen, que tal vez no vuelvan a verse, o que se encuentran cada domingo en la milonga para compartir este sentimiento, este momento mágico.

Ese abrazo de mensajes, de música, de sensaciones, en el que tu expresas todo lo que el tango te sugiere y yo interpreto lo que me propones con mi propia emoción.

Ese abrazo que nos permite a todos por un momento vivir intensamente una pasión.

lunes, 3 de junio de 2013

Finales Felices


A veces también hay finales felices, aunque no sean como los de los cuentos.

A veces cuando algo termina es un alivio.

Tenemos naturalmente asociada la idea de que si algo se acaba es un hecho triste y no!! no siempre es así, es más a veces es para celebrarlo.

Terminar una terapia por que uno se siente capaz de andar solo por la vida, es como soltar las muletas, un logro que llega después de un duro trabajo personal y es para celebrarlo.

Terminar una relación amorosa, de las malas, de esas que dejan más que huella, cicatrices, es todo un triunfo. Y por supuesto es para hacer una fiesta, aunque sea chiquita y de entre casa pero es una gran conquista elegir estar solo que mal acompañado.

Y si es una de esas relaciones que tardaron 4 días en mostrar que nunca llegarían a buen puerto pues mejor! así no perdimos más tiempo intentando lo imposible.

Los finales tiene esa ambigüedad de que no se si ponerme triste o alegre, como cuando terminas de leer un libro que te ha acompañado muchas noches y te ha tenido en vilo, y te costaba irte a dormir por que no querías dejar de leer y cuando llegas al final , te sientes un poco solo...

Se nos hace difícil ver el nuevo comienzo detrás de una puerta que se cierra.

Pero aunque no lo veamos, ahí está.

Cuando algo termina, da lugar a que pueda comenzar algo nuevo. Se abre un espacio, un tiempo y una conciencia diferente, un nuevo punto de vista desde donde mirar de una manera nueva. Es otra perspectiva, otro ángulo, otro análisis y seguramente otra conclusión.

Y definitivamente son parte de la vida. Nada es eterno, como dice una canción, ni lo malo ni lo bueno. Y si nada dura para siempre, pues un día se acaba.

Y a veces es una gran oportunidad para volver a empezar.

Bienvenidos los finales felices! Esos que nos abren las puertas del futuro, de la ilusión de lo que puedo encontrar, de todo lo nuevo que voy a aprender y de lo mucho que lo voy a disfrutar.

Bienvenida la experiencia de vivir la vida que con cada final me enseña que delante hay siempre un nuevo reto, un nuevo comienzo y un montón de vida que espera ser vivida.

lunes, 20 de mayo de 2013

Falso amor


Si la ignorancia es la madre de todos los males, la soledad es la madrina de las confusiones amorosas.

Te confundes, te has deslumbrado y crees que es amor.

Crees que puedo llenar todos tus vacíos, o peor aún crees que debo hacerlo.

De pronto te has creído mi dueño.

Intentas manipularme. Convencerme a toda costa de que debemos estar juntos. Te enojas por que no cedo. Eso no es amor.

Donde está el amor? No me conoces, no me reconoces, solo quieres que llene tus espacios tus vacíos, que cure tus dolores, que enmiende tus errores. No me ves a mi, no sabes quien soy, no te importa, solo quieres que encaje dentro del marco de tus ilusiones.

Triste papel el mío si aceptara semejante rol de marioneta en tu obra de teatro particular.

Te agradezco que me hayas dado la oportunidad de confirmar que estoy inmunizada contra las manipulaciones, las agresiones verbales y la locura ajena. Me has puesto delante la tentación de ceder a tus cantos de Sirena. Y yo me he quedado sorda.

Has pasado delante de mi la película con las peores pesadillas que yo pueda imaginar y he sido capaz de tomar el control remoto de la tele y darle al off.

No estaba en tus planes pero me has hecho un favor enorme, por que es inmensamente tranquilizador confirmar que elijo estar conmigo, que con alguien capaz de hacerme daño.

Me llena de orgullo y de amor hacia mi misma, ver que sana estoy! No solo como comida sana y hago deporte, he dejado de tener relaciones tóxicas, amores falsos de esos que se quiebran ante un simple no como respuesta. Y he aprendido a no decir que si, para sostener una ilusión.



lunes, 6 de mayo de 2013

Sensaciones


El olor a lluvia, a tierra mojada, a naturaleza fresca penetró por mi nariz, llegó al cerebro y allí desató una tormenta de sensaciones.

Los días de lluvia de mi infancia vinieron a mi encuentro, vivíamos en una casa con jardín y cuando llovía toda la casa olía a pasto mojado. Y luego recuerdos más nuevos, más cercanos también se hicieron hueco en la imagen y en la lluvia de sensaciones que me trajo la lluvia que caía suavecita, sobre mi calle llena de árboles en plena explosión primaveral.

Esa lluvia mansa, que apenas si hace ruido al caer, como un toquecito seco, como cuando sigues el ritmo de la música con un dedo en la mesa de un bar.

Mi calle estaba especialmente iluminada y tapizada de puestos de feria que le daban un aspecto más mágico, un aire de fiesta alegre y animada, con olor a queso del bueno y a jabones artesanales y a artesanías que no huelen pero se tocan y se lucen en el cuerpo y en la piel.

Las luces, la lluvia, los olores que despiertan los sentidos, disparan los recuerdos y nos llevan de repente a otro tiempo y otro escenario.

La llave grande la del portal de abajo me devolvería a la realidad pero para mi sorpresa ya dentro de mi casa, con las ventanas abiertas el olor a lluvia lo invadió todo y seguí dentro de la niebla de emociones y la magia de la feria de mi calle allí abajo.

Respiré hondo muy hondo para no perderme nada. Respiré muy hondo para que me llegara este oxígeno puro a todas las células de mi cuerpo, para limpiar mi mente, y para aquietar el espíritu.

Me sentí plena, cerré las ventanas que empezaban a golpearse con el viento y me senté a escribir.

lunes, 29 de abril de 2013

La tristeza


Era una tristeza tan sólida que casi podía tocarse. Estaba hecha de ilusiones rotas contra una realidad incontestable. Una realidad que no dependía de su voluntad, una realidad que le ganaba la pulseada como si del otro lado de la mesa se hubiera sentado un luchador de sumo.

Como cuando un coche choca de frente contra una pared. Destrucción total. No importa cuanto intentemos planchar la chapa o reconstruir las piezas. Se ha roto, sus tripas están al aire, expuestas desparramadas por el asfalto, ya no funciona y no lo hará por más que lo llevemos al mecánico.

Decidió moldearla como arcilla. La tomó entre sus manos, y la amasó cariñosamente como hacen los artistas con sus obras. La dio vueltas entre sus manos y y su mente hasta que consiguió empezar a darle forma. Y vió que tenía una forma humana que no era la suya. Vio como iba tomando su propia forma, su tamaño y sus colores. Y cuando la imagen se hizo clara, vio que estaba hecha de sus propios recuerdos, de sus dolores y sus miedos, sus prejuicios y sus dudas y su propio miedo a sufrir. Los del otro. Por una vez todo esto no le pertenecía. Y tampoco podía hacer nada para repararlo.

Separó la masa en dos, y ahora tomó su propia tristeza entre sus manos y la amasó dulcemente aderezada con sus lágrimas saladas, con su desconcierto, y su sorpresa y descubrió que se sentía inmensamente triste por no poder hacer nada. Se quedó mirando las tripas al aire. Se quedó mirando la tristeza grande con forma de otro y se volvió hacia la suya con forma de manos abiertas pero vacías y sin posibilidad de dar respuestas.

Es duro aceptar que a veces no puedes hacer nada. No son tus tripas.

Se sentó a respirar profundo, tenía que aprender a ser un espectador pasivo ante las tripas.

Todo un desafío para alguien acostumbrado a hacer, a cargarse la mochila al hombro y a remar contra corriente.

Se hizo un te, se sentó, cerró los ojos y decidió darse tiempo para aceptar con sabiduría aquello que no podemos cambiar ahora que ya estaba aprendiendo a reconocer la diferencia.

lunes, 22 de abril de 2013

Como una siesta de verano


Hay momentos de la vida que se parecen a esas tardes de verano de mi infancia...

estás pensando que todo sigue igual, que nada cambia, que nada sucede. Estás como en una tarde de verano que se hace eterna, y el calor abrasador de la hora de la siesta

En aquellas tardes solo rompía la monotonía el grito del heladero, ese señor que cada día a la misma hora pasaba en bicicleta empujando su carro nevera, vendiendo helados. La mejor parte de la tarde era correr a la puerta a comprarle el palito de chocolate. Eso cuando mi madre nos dejaba ,que claro no era cada día, pero la expectación estaba allí, la posibilidad cada tarde de disfrutar de un helado de chocolate. Una dulce rutina que rompía la rutina de la interminable tarde de calor sofocante y silencio de siesta.

A veces la vida se parece a esto, hasta que algo al igual que el señor de los helados viene a traer un sabor dulce, fresco y agradable.

Algo viene a rasgar la calma de la siesta. Y de repente la calma se hace bullicio, y la siesta se hace fiesta, y todo lo que era, ahora es otra cosa.

Como si hubieras estado durmiendo a oscuras y de repente alguien enciende la luz.

A veces tanta luz enceguece, toma tiempo acostumbrarse y los ojos parpadean hasta que pueden volver a enfocar y ver el cuadro.

Pero sobre todo necesitas que el agua fría corra por tu cuerpo desde tu cabeza, que empape tu cara, enfríe tu nuca, y recuperes todos tus sentidos.

Es un camino nuevo, no conoces el trazado, no sabes donde están las curvas, los puentes, los desvíos y los altos por cruce de vías. Habrá que estar atentos, mirar bien las señales, y empezar a crear el nuevo mapa, para recorrerlo sin perderse y disfrutar del recorrido.

lunes, 1 de abril de 2013

Punto de partida


Desde la más absoluta miseria, desde donde no hay nada que perder nacen los artistas.

Y también desde allí toman forma los sueños.

Desde ese punto muerto donde a veces te encuentras en tu vida, en el que temes mover algo y que toda la estructura se caiga.

Y de pronto te despiertas un día con la sensación de que si no lo intentas igual lo perderás todo.

Y te das cuenta de que no quieres perder.

Y que la estructura no se caerá, a lo sumo se moverá un poco y encontrará su equilibrio otra vez.

Y entonces cuando te atreves a pensar en dar el paso, te das cuenta de que puedes. Y te emocionas, y te alegras y tu corazón late más fuerte más rápido. Es un punto de partida.

Es el final de un camino y el comienzo de otro.

Sólo hay que ponerse el calzado adecuado y saber que tropezar es normal y aún caerse, siempre pensando en levantarse y sin perder de vista el objetivo: llegar a la meta.

lunes, 25 de marzo de 2013

La lección de tango


Cuando empecé a tomar clases de tango, sentí que era la actividad que más hacía conectar con el otro, Con el compañero de baile. Y resultó cierto. Si no conectas no bailas, o no bailas bien, o no lo disfrutas.

No me imaginaba yo cuan profundo me haría conectar conmigo.

Tienes que llegar a encontrarte dentro de ti.

Las emociones pueden fluir suavemente o como una avalancha.

Las avalanchas te dejan exhausta pero también te dejan un mensaje escrito en el cuerpo.

De pronto tengo más conciencia de mi.

De pronto mi clase de tango se transformó en otra clase.

Mis emociones me desbordaron, pudieron conmigo y por un momento me abandoné dentro de mis lágrimas.

Pero mi maestro tenía razón, este tsunami emocional dejaría un sedimento positivo, había que darle un poco de tiempo a que bajaran las aguas y lo bueno tomaría su lugar.

El tango y la vida se parecen. Como en un espejo se refleja como eres.

Es un camino interesante de auto descubrimiento. Uno que puede contarte cosas de ti mismo que no sabías.

Me puse de pié y empecé a sentir cada parte de mi cuerpo de una forma diferente, nueva. La mujer que soy y la que baila tienen que encontrarse en un un punto. Tienen que compartir algo más que lo zapatos de tacón.

La pasión que hay en mi para vivir ha de salir a bailar, con las mismas ganas la misma fuerza y la misma alma.

martes, 12 de marzo de 2013

Como suenan las palabras


Uno en el fondo sabe. Pero a veces no quiere ver.

Lo que rompe el maleficio es hablar del tema en voz alta. Y si es con una amiga y una copa de vino, mejor.

Hicimos muy bien mi amiga y yo en irnos juntas a picar algo por ahí y charlar de lo que nos rondaba la cabeza, nos quitaba el sueño y comprometía algún otro órgano.

Fue como mágico, aquello que parecía un misterio incapaz de ser resuelto vio la luz en pocos minutos al convertirse en palabras lanzadas al aire. Y al oído entrenado de la amiga que cuando escucha el relato reconoce la vivencia y le resulta relativamente fácil encontrar otro sentido a esa pequeña historia. Que no era una historia pequeña, sino corta en el tiempo pero cargada de significado. Con uno nuevo ahora, un significado que podía cambiar el curso de la historia. De esa historia corta en el tiempo y aun con un futuro incierto.

Me quedé pensando en cuantas cosas no dichas crean malos entendidos.

Cuando no me dicen, yo completo la información con lo que creo que debería ser, pero que tal vez no sea y quizás sea todo lo contrario.

Ya se que hago mal, no debería suponer lo que otro está pensado, no tengo la bola de cristal para adivinar, y seguramente más de una vez me equivoco cuando “adivino” pero no logro evitarlo del todo. Igual que con el chocolate, me prometo que poquito y después acabo tirando el envoltorio vacío...

Hablar es terapéutico, es divertido, acerca, crea lazos, hace amigos, soluciona problemas, aclara las dudas, resuelve los enigmas de las amigas ( y los propios) expresa sentimientos, y además nos ayuda a saber lo que el otro está pensando!

No es estupendo?


lunes, 4 de marzo de 2013

A un hombre fuerte




Recuerdo de él millones de cosas, pero una de las más fuertes es que le encantaba estar vivo.

Amaba la vida como pocos. La tomaba como un regalo del cual no hay que desperdiciar nada.

Le gustaba levantarse temprano incluso los fines de semana, siempre encontraba algo que hacer. Y no se dormía antes de las 12 cuando cuando el libro se le caía de las manos.

Fue un luchador, uno alegre.

Encontraba que las dificultades eran obstáculos normales en la vida. Eran parte del camino y había que sortearlas. No fue un gran intelectual. Fue un autodidacta que buscaba las respuestas tanto en los libros de historia como en las enseñanzas que dejan los golpes que da la vida.

Ponía tanta pasión en hacer el asado del domingo y dejar a todos contentos, como en resolver un problema de trabajo.

Podría pasarme horas recordando anécdotas. Podría llenar muchas páginas escribiendo sobre él.

Hoy creo que mi mejor homenaje es simplemente recordar cuan vivo estaba cuando estaba vivo. Le gustaba vivir y luchó como un león hasta al final de su camino.

Su vida fue un camino lleno de obstáculos pero también de recompensas.

Y uno de los mejores regalos que me hizo fue enseñarme que la vida siempre vale la pena.



A David 9 de agosto 1927 – 4 de marzo de 2007

No fue un padre perfecto, fue el mío.

lunes, 25 de febrero de 2013

Se miraban


Ella lo miraba, lo miraba siempre.
El también la miraba. La miraba desde lejos. La miraba cuando estaba cerca. La miraba cuando pasaba por su lado. La miraba fijo solo un momento. Lo suficiente para que ella lo notase. No lo suficiente para que ella le sostuviese la mirada más allá de los 15 segundos de cortesía.
Se veían pasar. Se miraban pasar. No se decían nada.
Ninguno daba el primer paso.
Eran como dos barcos que se cruzan en el mar, cerca pero sin rozarse.
Al menos los barcos hacen sonar la sirena en señal de saludo.

Ella se quedó pensando si serían siempre dos barcos en el mar.
Mientras, seguía girando por la pista.

En un ir y venir se cruzaron sus miradas, sus ojos, los de ambos estaban fijos por un segundo clavados unos en los del otro.

Congeló la imagen un momento. Como en las pelis de ficción, donde puede detenerse el tiempo.
Y si nunca se dijeran nada?
Y si nunca cruzaran esa delgada línea que separa a dos desconocidos y los convierte en amigos, compañeros, amantes. Esa distancia entre tu piel y la mía, pensó. Esa distancia que hace que sigas siendo una fantasía. En la cual puedo ponerte todas las virtudes y quitarte todos los defectos. Puedo hacerte a mi medida, moldearte como arcilla y cocerte a fuego lento.
Y puedo despertarme de pronto y descubrir que el cuadro que estoy pintando no tiene los colores que me gustan o no todos, o solo algunos. O que los contrastes son muy fuertes o que quizás los bordes necesitan un retoque. O que la imagen que se levanta desde el fondo nada tiene que ver con lo que quería plasmar al inicio.
Pero para saberlo debería cruzar esa linea invisible pero tangible. Debería de cambiar esa distancia por un “lo bastante cerca para oirte, tocarte, sentir el aroma particular de tu piel, saber quien eres”
Lo que no sabía era como cruzar esa línea, como romperla. Por ahora era como un muro alto, muy alto, sin salientes para escalar y muy ancho para rodear. Sin fisuras a la vista.
Se fue a casa pensando si quería aprender a derribar muros. A cortar lineas invisibles. A acercar distancias y a pintar cuadros.

Decidió apuntarse a un curso. Decidió que era hora de graduarse.




martes, 19 de febrero de 2013

Pasaba por ahí


Tenía que pasar a comprar el vino para la cena. Llevaría el vino y algo para el postre.

Un vino suave, pensó. Y de postre un toquecito dulce. Entre semana mejor no exagerar.

Aún quedaba tiempo y decidió pasar por la librería que quedaba de camino, sólo a mirar, por si daba con algo que le llamara la atención.

Llegó hasta el fondo después por pasar por la sección de novedades, diccionarios, y libros de fotos.

Pasó la mano por las tapas de los libros. Fue leyendo los títulos uno a uno. Les dio la vuelta, leyó los resúmenes de las contratapas. Se detuvo en una historia conmovedora “ Llenaré tus días de vida”.

No pudo evitar pensar. Reflexionó un rato. Repasó los demás libros de la mesa. Se sintió afortunada, podía aprender de todo aquello sin poner el cuerpo, el suyo, por una vez.

Ya le dolía bastante, le dolían muchos dolores viejos. Y entre tantas frases y párrafos sueltos se quedó con uno que decía que “si te aferras a lo viejo no entra lo nuevo”.

Decidió soltar la carga. Sintió el deseo de aprender como le propuso alguien hacía ya tiempo “ con felicidad, con alegría, de las buenas experiencias” Decidió dejar el dolor en aquella mesa junto con los libros de autoayuda para dejar de sufrir.

Se prometió que cuando pasara algo “malo” no se aferraría a ello. Lo dejaría pasar como pasan las nubes en el cielo cuando sopla el viento.

Salió de la librería con su botella de vino afrutado y las galletitas de chocolate belga, caminando despacio, sintiendo el aire frío en la cara, y saboreando por adelantado la cena, la charla y el encuentro.

lunes, 11 de febrero de 2013

Un día de lluvia

La tormenta se desató de golpe. Tormenta de verano. Gotas enormes. Granizo.
Ella se refugió en un portal.
Se pegó todo lo que pudo a la puerta, escondió la cabeza entre los brazos, y tuvo que deja que las piedras de hielo le golpearan la espalda.
El llegó corriendo, con el caso de la moto aún puesto, abrió la puerta rápido y con un gesto brusco sin pensar la tomó de un brazo y la metió dentro.

Se sacudieron el agua y el susto, el de ella.

Se presentaron:

-Juan

-Ana

-perdona, te ibas a empapar ahí fuera

-gracias

-igual no te puedes ir ahora, sube, te invito un café

-vale- aceptó ella temblando de frío.

Subieron en el ascensor, callados. Mirando el suelo.
Una vez arriba, en el piso de el, se dio cuenta de que no lo había pensado ni un minuto.
Estaba en casa de un desconocido. Cuando su razón trataba de imponerse, llegó el café.

-Le puse azúcar, espero que te guste.

-Seguro.

Le temblaba un poco la mano, es el frío se dijo para tranquilizarse. Pero se dio cuenta de que estaba tensa. Fue hasta la ventana, se quedó observando la calle desierta y la lluvia densa. Asió la taza con fuerza con ambas manos para no temblar. Para que él no lo notara.
El simplemente la miraba desde el ángulo de la mesa donde había dejado apoyada su taza de café.
Caminó lento, hasta llegar a su espalda y la acarició con el dorso de la mano.
Ella se giró, y se sorprendió. Primero por lo inesperado del gesto y después por que dejó de temblar.
El le quitó suavemente la taza de las manos, la dejo el mesa, y como si fuera lo más habitual entre ellos, la besó.
Ella, no tembló, no se asusto y no corrió a la puerta.
La lluvia los encontró en un portal. Los acorraló allí.
Los condujo de pronto a un encuentro como de dos cauces de agua que se cruzan.
Como dos ríos de montaña que bajan saltando entre las piedras hasta que chocan con algo que cambia su rumbo.
La lluvia les dio la oportunidad.
Ellos escribieron el resto.

lunes, 4 de febrero de 2013

Jazmines y ravioles

Cuando te duele tanto es por que has tomado una decisión.
Ya sabes lo que sientes. Sólo queda actuar.
Aceptar la realidad y luego tomar otra decisión: la de cerrar una puerta para poder abrir otra.
Volver a empezar
Volver a confiar.
Volver a creer.
Volver a querer.
Volver a reír con ganas.
Volver a sentir con la frescura y la inocencia de la primera vez.
Volver.
El camino de regreso puede ser largo y sinuoso pero nos lleva siempre a casa.
Y no es acaso un buen destino?
Al principio no sabes ni donde está tu lugar. No sabes ni a donde volver.
Pero lentamente vas recuperando la memoria.
Vas volviendo a reconocer tus propias sensaciones, la vista, el gusto y el olfato vuelven a ser los tuyos, los de siempre. Y los jazmines tienen esa mágica fragancia de la infancia con sabor de abuela y amor de para siempre. Y los ravioles caseros son el manjar más deseado, sin estrella michelín, con un solo tenedor y hasta sin servilleta.
Y todo lo bueno y lo simple se convierte en protagonista.
Como si te hubieras partido en muchos pedacitos y ahora los fragmentos quisieran volver a juntarse.
Y se juntan. Y vuelven a ser uno.
Cuando sientes que han traicionado tu confianza, duele. Duele mucho. Y descubrir que has perdido la confianza en ti mismo duele aun más.
Pero cuando encuentras el camino de regreso, sólo quieres caminar más rápido. Tienes ganas de llegar. Sientes un deseo inmenso de ravioles y jazmines. Y lo mejor es que estás seguro de que los vas a encontrar.

lunes, 28 de enero de 2013

Ella, un relato muy breve de una historia fugaz


La esperó, la esperó con ansia como cada viernes por la noche, para que le calentara el alma, las manos y la cama.

La esperó a que llegara de su vida oculta, de la que no se habla.

La esperó como siempre, sin preguntar nada, feliz de verla entrar por la puerta, de verla volver a casa. A ella, que era como como un pajarito al que cualquier movimiento brusco podría asustar y hacela volar y no volver al nido.

Ella entró por la puerta, se sacó el abrigo, soltó el bolso y las llaves. Se soltó el pelo, se acercó despacio...historias de amantes fugaces, de amores a medias, de no te entrego mi alma , solo mi cuerpo, solo una parte. La que no puedas dañar. Donde no llegues lejos, te dejo en la puerta, te pongo barreras. No te conozco, creo que si, crees que si. Pero no es cierto. No se lo hay en lo más profundo de tu alma.

Prefiero tenerte un rato y huir, y que no me tengas, podrías hacerme daño.

La tuvo como cada viernes.

La perdió como cada domingo.

Ella tuvo unos ratos fugaces. Amor de imitación. Pero que no duele.

O si?

Podría ser verdadero?

Como saberlo... para eso habría que arriesgar y ese ya es otro juego.


miércoles, 16 de enero de 2013

Armstrong


Se me acaba de caer otro ídolo.

Armstrong ha reconocido públicamente que se dopó durante las competiciones.

Para mi era alguien admirable. Había superado un cáncer. Había vuelto a competir y ha ganar.

Todo un ejemplo de superación, tenacidad y esfuerzo. Todo esto ahora quedará empañado por una realidad que bloquea la visión, tan grande como una montaña: lo logró con ayuda de sustancias prohibidas en una competición.

Por qué hizo trampa?
Tal vez hubiera ganado igualmente sin ayuda de ninguna sustancia. Pero lo que cuenta es que hizo trampa. Y esto lo cambia todo. Ya nunca sabrá si hubiera sido capaz. Si realmente hubiera sido un ganador. Ya nunca sabrá cuan lejos habría podido llegar por mérito propio.
Lo negó durante años. Sólo agregó más culpa a la culpa.
Como se vuelve a confiar en alguien que miente tan bien? Se puede?
Triste y patético ejemplo para niños y jóvenes en edad de forjar su carácter, que lo hayan tomado como un referente, alguien a quien imitar. Que clase de mensaje está enviando?
Alguien tan popular debería ser consciente de su responsabilidad.

No puedes ser un ganador estafando a tus compañeros.

No puedes ponerte el malliot amarillo sabiendo que el primer puesto se los robaste al que venía detrás.

No puedes subirte a un podio con orgullo sabiendo que en realidad no lo has conseguido.

No puedes tener la verdadera satisfacción del triunfo sabiendo que lo has robado.

No puedes tener la sensación del merecido premio después del esfuerzo cuando tu sabes que no es cierto.

Nos puedes haber estado mintiendo a todos, todo este tiempo. Pero no has podido mentirte más a ti mismo.
Lo has tenido todo, y todo lo has perdido, tu solito.
Que se siente?

lunes, 7 de enero de 2013

Rompiendo las reglas


Llegué del supermercado, acababa de guardar la compra y sonó el timbre. Supe que era el de la puerta de arriba por que oí voces en el pasillo y risas. Abrí la puerta sin siquiera mirar por la mirilla.

Me encontré una chica joven de lo más sonriente que me aclaró que no vendía nada y cuando quise darme cuenta acabé con ella y su compañera sentadas en el sofá de mi comedor y yo con una pulserita en la muñeca.

Lo hice todo de manera diferente, rompí todas mis reglas, no desconfié, invité a entrar a dos desconocidas y cuando puse mi número de cuenta y mi firma en el formulario me sentí feliz.

Que no cunda el pánico, acabo de convertirme en socia de Unicef.

Lo más llamativo es que llevaba días pensando en contactar con alguna Ong que se dedicara a las mujeres y los niños y hoy llaman a mi puerta!

Dios mío! Si pudiera materializar todo de la misma manera, mi vida sería un completo éxito.

Se dice que si quieres conseguir un resultado diferente en tu vida tienes que hacer las cosas de manera diferente.

Hoy le abrí las puertas de mi casa patas arriba, a dos extrañas y no me importó. Creo que por pura cortesía dije algo como “ no miren el desorden” pero la verdad me daba igual lo que pensaran. No tuve tiempo de ordenar y punto. Después de todo mi casa y mi desorden son asunto mío. Otra regla rota hoy. La casa en desorden y actuar sin pensar , son dos reglas.

Aunque no se trata de ir por la vida como una loca, no darle mil vueltas a la cabeza también está bien. Recuperar la espontaneidad de hacer lo siento cuando lo siento me ha sentado muy bien. Y además salió bien .Resultado positivo, objetivo conseguido.

Aunque no es la primera vez, me hace ilusión estar colaborando hoy con un proyecto comprometido con la infancia. Que la aportación que uno hace se traduzca en vacunas, alimentos, cuidados sanitarios, agua, protección contra el maltrato infantil, educación y más, al menos tranquiliza un poco la conciencia. Agua! Algo que para nosotros sale del grifo y para ellos de una Ong.

Me alegro de no haber mirado por la mirilla,, de haber compartido mi sofá y me mesa llena de papeles revueltos para formar parte de un esfuerzo conjunto por una buena causa.

Me alegro de haber abierto la puerta sin pensar.

Y me pregunto cuantas puertas más voy a abrir a partir de hoy?

martes, 1 de enero de 2013

Feliz 2013


Feliz Año nuevo ha sido la frase más escrita y enviada en las últimas 24 horas.

Los mejores deseos de paz amor salud y prosperidad expresados de diversas formas, con palabras acarameladas e imágenes de lo más variadas.

En lo personal mi primer sentimiento es el de agradecer todo lo vivido en el año anterior. Para mi ha sido un año de cambios positivos. Miro hacia atrás y me alegro de haber tomado ciertas decisiones y de haber aguantado los chubascos a la espera de que saliera el sol. Y el sol salió. Se tomó su tiempo, es cierto, pero salió y valió la pena.

Puedo decir que este año que se fue ayer, me ha dejado entre otras cosas alguna amistad nueva y en progreso y que ha visto afianzarse alguna otra. No es poco. Por el contrario para mi es como sacarse la lotería: un premio.

También otras áreas de mi vida y de mis actividades han experimentado progresos, lo cual me pone muy feliz. Y es desde esta felicidad recién nacida, que también deseo a mis amigos que sean capaces de ver y disfrutar de sus amadas posesiones: los amigos, los amores, las pasiones – cualquiera sea la fuente de inspiración- el deporte favorito, el buen aprovechamiento del tiempo libre, esa comida super rica que ha hecho otra amiga y que estaba buenísima! Los momentos compartidos... y si falta algo de esto aún quedan los -Reyes Magos para pedirles que obren el milagro de hacernos ver lo que tenemos o de ponernos en el camino correcto para conseguirlo.

Y si en los objetivos del 2013 nos ponemos en la lista aprender a ser un poco más felices? Y si nos proponemos aprender a disfrutar de lo que tenemos? Aún cuando estamos esperando que se haga realidad aquello tan deseado que parece no llegar nunca.

Y a entender que también tenemos que poner de nuestra parte... aunque no sepamos bien qué ni cómo. Tal vez con abrirnos mentalmente a esta posibilidad se haga la luz.

Feliz 2013 con mucha luz para todos!!

pd: yo ya he puesto en mi lista a los Reyes una linterna.