martes, 22 de noviembre de 2011

Primeras Impresiones

9.30 de la mañana, 28 grados y una ola de aire caliente de da en la cara y en todo el cuerpo. Una llegada repentina y potente de un verano que aún no es oficial. Es lo primero que percibo al bajar del avión y al llegar al parking para subir al coche de mi amiga que vino a buscarme. Caos de tránsito, la autopista llena, calor, mucho calor. Hablamos sin parar hasta llegar a casa. Seguimos hablando sin parar, mate va, mate viene, nos pusimos al día de las últimas novedades de la vida de cada una.


No importa el tiempo que haya pasado las noticias que te hayas perdido, el reencuentro con los amigos, aquellos con los que se tiene un vínculo especial tienen algo en común: se puede retomar la charla como si nunca se hubiera interrumpido..

Esta es una de las sensaciones más de los reencuentros en los viajes.

Tengo que cruzar media ciudad. Al principio me parece una pesadilla, luego me entero de que el metro no está lejos y me deja a 100 metros de mi destino: la tienda de zapatos de tango.

Salgo feliz con mis zapatos y una falda.

Voy al encuentro de un amigo. Un café dulce con sabor a otros tiempos.

Emprendo la vuelta, Cruzo las calles con el semáforo en verde para los coches, Mal con todos, como todos. Me descubro cruzando un paso a nivel con las barreras bajas con un montón de gente y compruebo que también soy parte de este caos y esta selva que creí dejar atrás hace años pero que aún habita en mi y sale a relucir como un pavo real cuando lo dejan.

Soy parte de esta orilla también. Soy parte del desorden. El Atlántico,y el Mediterráneo habitan en mi con la misma naturalidad que a la noche sigue el día.

Ahora se que soy parte de la civilización pero aún llevo en mi algo de esta selva y ambas me dan una agradable sensación de pertenencia.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Buscando respuestas

Parece ser que para poder dar algo por terminado dentro nuestro necesitamos respuestas.
No importa la naturaleza del enigma más allá de si es de corte romántico, profesional o simplemente práctico necesitamos saber que es lo que salió mal, que falló para poder seguir adelante.

Y en cierta medida es lógico. Saber cual es la causa de que no obtengamos el resultado deseado nos conduce a minimizar errores para una futura oportunidad.

El problema se presenta cuando no tenemos ese feedback y no podemos saber con certeza por que no nos dieron este puesto de trabajo para el cual hicimos una entrevista impecable, por que él no volvió a llamar después de una noche maravillosa, por que una relación que aparentemente iba bien de repente deja de funcionar sin motivo aparente o evidente, por que aquella buena amiga que decía querenos tanto deja de tener tiempo para quedar para el café o las tardes de domingo.

En general buscamos inmediatamente el error en nosotros y si bien la autocrítica es buena, buenísima por que conduce a la superación no siempre es la respuesta.

Nos sorprenderíamos a veces si supiéramos por ejemplo que el trabajo se lo dieron a otra persona que si bien estaba cualificada no lo era tanto más que nosotros pero tenía una recomendación inestimable e ineludible, con lo cual nada que hiciéramos, ni bien ni mal, podía cambiar el resultado.

El encantador de serpientes con el que finalmente aceptaste salir a cenar y tomar una última copa en casa, en realidad tiene dos problemas sin resolver en su cabeza que nada tienen que ver con contigo ni con lo que pasó esa noche. Hasta que el no sepa lo que quiere de la vida y si está dispuesto a estar al lado de una mujer de éxito no puede mirarte a la cara.

Aquella relación que iba bien por que no pedías nada, por que simplemente aceptabas “lo que había” tenía que fracasar o simplemente chocar con la realidad y hacerse pedazos por que en una relación real hay un ida y vuelta, y si no, es que no hay vínculo o lo que sea que había se rompe.

Y que decir de las amigas que no son tales, no saben lo que se pierden: una amistad verdadera. Pobrecitas.

A veces las causas son justamente lo contrario de lo que pensamos...

El tema es que no siempre somos responsables de lo que ha pasado o de lo que ha salido mal.

Y de que aún cuando no tenemos una respuesta concreta del otro lado no podemos pararnos a pensar eternamente que hicimos mal.

Es hora de seguir andando hacia nuestro próximo encuentro con una oportunidad profesional interesante, un encantador pero no de serpientes, una amiga que sepa lo que significa el término o el hombre de nuestras vidas . Nunca se sabe lo que hay a la vuelta de la esquina, por eso es mejor estar preparado para encontrarlo bien dispuestos y no mirando al pasado por que no vamos hacia allí no ?

lunes, 7 de noviembre de 2011

Saber que estamos vivos, que no es poco

Las cicatrices nos recuerdan donde hemos estado pero no nos dicen hacia donde vamos, oí esta frase ayer y me dejó pensando.

Me gustó por que significa que somos conscientes de lo vivido pero no por eso nos hemos quedado atrapados allí, en un pasado que ya no pueda darnos más.

Si elegimos aprender de los errores, de los dolores, de los sabores amargos, si aprendemos a saborear el momento presente como si fuera el único, sin importar lo que haya sucedido antes ni lo que venga detrás, entonces estaremos plenamente vivos . Y no importará tanto si el sabor es amargo o dulce por que significará que hemos vivido y que cada vez estamos un poco más alto en nuestra propia escala de aprendizaje.

Llevo unos días experimentando esta increíblemente agradable sensación de estar al 100% en el momento presente y disfrutándolo por completo.

La experiencia del gimnasio es más fácil por que estoy haciendo algo que me gusta, pero aún así noté la diferencia entre pedalear en la elíptica y disfrutar del ejercicio como si fuera una experiencia nueva para mi.

Me llamó más aún la atención, haber sido capaz de sentirme bien sólo por estar conmigo y consciente de la vida que me rodeaba en alguna situación en la cual ni el ambiente, ni el resto de la compañía puedo decir que me gustasen mucho y aún así esto no cambió mi estado de ánimo.

Partiendo de la premisa de que si lo bueno se comparte es aún mejor, y de que si más gente se siente bien es como la onda expansiva del bienestar yo quiero compartir esto para que mucha gente lo experimente y se sienta bien consigo mismo. Por que aquí de lo que se trata es de ser conscientes de que estamos vivos.

Puedes salir a correr y simplemente entrenar tu cuerpo o puedes también sentir como el aire entra en tus pulmones y te llena y te limpia, y te oxigena y te da vida, fluye en ti maravillosamente dejándote una sensación de plenitud que seguramente no creías que sólo el aire y tu conciencia podían lograr.

Otra de las frases de ayer que se quedó en mi, fue una que decía algo así como que la familia y el amor que esta se prodiga son lo más importante en la vida. Me pareció correcta, cierta, yo le agregaría que hay veces en que la familia se compone de personas que vamos conociendo por el camino y vamos eligiendo. Y por el tipo de amor que se prodigan son como una familia aunque entre ellos no coincida ni el adn ni el grupo sanguíneo. Y definitivamente el amor puro este que se da sin esperar nada a cambio, el amor de las madres, que seguramente es insuperable, pero no es el único de buena calidad, el amor por amor es el que hace que la vida valga la pena.

Sentir nuestro cuerpo, respirar con ganas, ser felices con este simple acto es un buen comienzo para ser conscientes de que estamos vivos y de que esto es ya en si mismo un hecho maravilloso. A partir de aquí depende de nosotros. No importa si hasta ayer sólo salías a correr por deporte, siempre puedes elegir empezar a respirar otro aire, te animas?