domingo, 6 de junio de 2010

Volviendo

Ya de regreso de mi letargo encuentro que no todo ha cambiado tanto, lo que más ha cambiado es mi forma de verlo o de percibirlo. Y en algunos casos ni eso


El autobús lleno de gente hablando en voz demasiado alta por no decir a grito pelado, me sigue exasperando igualito que antes, no entiendo por que la gente se tiene que hablar a los gritos cuando están a solo dos centímetros de distancia.

La gente que no contesta al móvil o los mensajes sigue siendo un misterio, la diferencia es que ya no hago quinielas a ver por que no lo responde, simplemente espero que se expliquen y si no …

que tampoco uno es la mami, el confesor o su agente de la condicional para estar allí como una mosca dale que dale hasta que respondan, ya lo harán y si no que sean felices que para eso ya son grandecitos para tomar sus propias decisiones y yo las mías .

Ayer caminaba por un barrio muy animado de la ciudad, y sol de la tarde le daba un tono aún más cálido, parecía más alegre todavía y me dio por pensar que soy una persona de extremos, a saber, tanto me gusta la paz más absoluta de los lugares aislados, solitarios y lejanos como el bullicio de las calles con gente paseando o tomándose algo en las terracitas al sol, una calita tranquila y sin gente donde disfrutar del mar y su arrullo, como una feria medieval con su música y sus paraditas de venta de artesanía y comida casera.

Si, soy de extremos no me gusta la rutina, y también soy extremadamente normal, soy compleja no complicada, soy muy franca, hablo muy claro, cuento mi historia sin adornos voy de frente, no miento no doy mil vueltas, no soy enroscada ni rayada. No soy perfecta no confundir!! soy normal con mis más y con mis menos, con lo que para algunos será una virtud y para otros un defecto pero de ningún modo retorcida o difícil .

Soy alegre por naturaleza, y a veces contra toda lógica, y pese a las circunstancias, es cierto soy un pelín cabeza dura, tozuda como una mula, perseverante que suena mejor y es más elegante pero que viene a ser lo mismo y es muy útil para muchas cosas.

Y por encima de todo soy Yo misma, es curioso que hayan tenido que pasar tantas cosas y algunas no muy felices para que me reconozco Como si todo esto que pasó hubiera hecho caer los telones, las máscaras y todas las capas que cubrían la verdad. Como cuando después de una gran tormenta sólo permanecen en pie los árboles fuertes los que tenían raíces profundas y estaban bien plantados en el suelo.

Ahora cuando me miro al espejo veo una imagen distinta, cambiada, pero me gusta, me inspira respeto por todo lo que pasado, la veo allí de pie como los árboles de raíces profundas después de la tormenta, con algunas ramas menos, con sus cicatrices, pero sigue siendo un bello árbol, un ejemplar único, un superviviente al que esas hojas que se le cayeron servirán para abonar el suelo sobre el cual cada día se hace más fuerte.